PICNIC JUNTO AL CAMINO
LABORATORIO ARTÍSTICO ENTORNO AL SUEÑO DEL STALKER DE A.TARKOVSKI - EQUIPO CRISTIAN ESPINOZA(DIR.), Daniel Vera (Shifu Shi Xin Wu), María Heller, Luis Corvalán, Valeria Lobos, Brian Mackern, Cristian Martinez, Paula Montenegro, Head Honcho, Javier Xubero, Maxi Bellman, Edgard Narvaez, Juan José Calarco, Pablo Reche Y Sofía ‘Soso’ Lopez. Alpha Centauri de Merlina Rañi y Espacio Mi Casa de Nadia Berenice, BUENOS AIRES, ARGENTINA
Picnic junto al Camino es un encuentro artístico entorno a la experiencia en la Zona. Creemos que dicha experiencia es un impulso hacia habitar las grietas y fracturas del mundo. Entrar a estos lugares heterotópicos y marginales implica muchas veces dar la espalda a una forma de ser del mundo tras la búsqueda de otras formas de ser y de otros mundos.
Nosotros, sujetos vulgares y temerosos nos vemos empujados hacia una sensibilidad distinta, no conocida, y por medio de una profunda práctica reflexiva buscar puntos de entrada a la Zona. Nos hemos reunido un grupo de amigxs a compartir nuestros caminos, habitualmente con la forma de trances singulares, y nos hemos revelado unos a otros nuestros puntos de entrada a la Zona.
0. TRANCE POR SINTONIZACIÓN RADIOFÓNICA, MARÍA HELLER
20.6.2016, Borde del Río de la Plata, Buenos Aires
NOTAS DE DESARROLLO
Borde Heterotópico
Hemos visitado un espesor heterotópico entre el río de la Plata y la Ciudad de Buenos Aires (que insiste en darle la espalda a su mar interior).
Dicho espesor, compuesto de ruinas compactadas, cerró el perímetro del polder ganado al río que es actualmente la reserva ecológica. De todos modos, no estabamos en la reserva, estabamos fuera de ella, en un no lugar fuera de la ciudad. Las ruinas que daban espesor al borde eran los escombros del edifico de la Amia destruído por bombas en los 90’s y los escombros de la porción de ciudad que fue demolida cuando se construyó la autopista 25 de mayo durante la dictadura. La materia del lugar tenía la radiación oscura de dos grandes operaciones cuyos restos eran escondidos bajo la alfombra de la ciudad. Este espacio marginal -cicatriz de la historia- con ductos de evacuación al río y tras la bambalina de la enorme puesta en escena nos parecía un modo de ser de la Zona.
Fuimos a repasar austeramente los ruidos blancos incompletos, imperfectos y desapegados de las ondas circundantes.
María Heller incorporó a su propio cuerpo una parte de una antena para la captación y modulación de ondas electromagnéticas. Acordamos que se integraría la antena y su cuerpo magnetizado cableándolos.
Ella, filiando con la Small Dance de Steve Paxton, situó su cuerpo erguido girando sobre su eje en 120 grados conectada a la antena mayor desde una estructura de alambre que ensamblamos C.Espinoza y Cristian Martínez.
El cuerpo de María giró muy lentamente erguida ajustando y acomodando la señal mecánica modificando el dial -el eje de su cuerpo era el dial- y sintonizando las frecuencias. Especulamos que por medio de la prótesis ensamblada en su cabeza, María orientó su propiocepción hacia el nivel de la magnetocepción.
Sabemos que en nuestros cuerpos se encuentra la proteína cryptochrome, pero solo algún número acotado de mamíferos la activa funcionalmente como radar o sentido magnetoceptivo. Fantaseamos con la posibilidad de traer a la actividad del trance esta cualidad material y sentir las EMF, un aspecto del paisaje de esta Zona.
NOTAS DE CONCEPTO
Trance de Sintonización
La actividad fue al fin la primera incursión en un campo brumoso que solo aparecía como pistas en el Sueño del Stalker. A través del estado de trance de María encontramos una pista del tema que rondaba, y este tema era precisamente el trance como disposición de habitar.
¿Quizás el trance deba ser planteado como práctica artística disciplinar?
Este trance fundacional, remitió a la observación del propio cuerpo desde la posición de participe de EMF. El cuerpo es aquí un eje erguido que se ajusta y modula en una esfera de ondas.
Posteriormente, al visitar otros trances distintos, hemos pensado que este caso es un trance para ponerse en contacto con el mundo. La atención de la conciencia se dirige hacia la conexión invisible – aural- de los cuerpos atravesados por el éter electromagnético y su mutua inter-ferencia. En este caso los cuerpos son nubes ionizadas que se sintonizan y desintonizan en un continuo.
Los pocos minutos de trance de relación entre el propio cuerpo como campo magnético, y los impactos circundantes dan pistas de una ecología secreta en que María escoge modular desde la rugosidad del ruido, la frecuencia que mejor la acoge y se ajusta en esa relación, sintonizando un tipo de EMF que poco o nada tiene que ver con la funcionalidad propuesta por las radiocomunicaciones.
Es mejor pensar cada frecuencia como un colchón donde se acomoda el cuerpo, y en su caso, ella elige con un cálculo circunspecto el “lugar” (campo) electromagnético que le copertenece.
NOTAS:
1. Sobre magnetocepción hemos recibido información de la artista Elisa Balmaceda referida al grupo artístico MAGNETOCEPTIA: https://magnetoceptia.wordpress.com
2. Sobre la proteína cryptochrome (CRY1 y CRY2) las investigaciones actuales han observado que en el caso de los cuerpos humanos, está ligada a la regulación metabólica de los ritmos circadianos a modo de un timer; mientras que en pájaros funciona como la brújula magnética que orienta las migraciones en conexión con el campo magnético de la tierra.
3. Esta experiencia es llamada trance comenzando en nuestra práctica una revisión de los trances como fenómeno estético y espiritual no solo en adelante, sino retrospectivamente. También fue la acción inaugural del ciclo PICNIC JUNTO AL CAMINO que tuvo la forma de un encuentro en el equinoccio siguiente.
TZUO CHAN POR SHIFU SHI XING WU
1. UN AFLUENTE JUNTO AL CAMINO, INSTALACIÓN EN ESPACIO ALPHA CENTAURI. CRISTIAN ESPINOZA
9.2016 – Alpha Centauri, Buenos Aires
NOTAS DE DESARROLLO
El afluente de algún río se manifiesta repentinamente en una habitación.
Fingimos que el soporte y el agua solo estaban ahí, como sucede con los artefactos que riegan la zona.
En el primer boceto de la estructura solo dibujamos la forma del afluente sin contemplar el soporte.
Deseamos que solamente el agua se expresara, sin ningún tipo de interferencia.
Una manera de extremar la medida -ya en el ensamblaje- fue colgar mínimas placas del cielo de la habitación para que ni siquiera pudiese atenderse como asunto la estructura.
Pensamos en todo momento que lo único que debía llamar a la observación era el agua y nada más.
Reducir a cero lo superfluo.
Aquí el agua no simboliza ni significa nada, es lo que se manifiesta indiferente.
Este afluente está en el centro del lugar. En los sueños lo que llama siempre está al centro
A menudo se me ha preguntado qué simboliza la zona y hay quien se ha lanzado a las más aventuradas hipótesis y sospechas. Preguntas y suposiciones de este tipo siempre consiguen abocarme a la desesperación. En ninguna de mis peliculas se simboliza algo. La zona es sencillamente la zona. Es la vida que el hombre debe atravesar y en la que o sucumbe o aguanta. Y que resista depende tan sólo de la conciencia que tenga en su propio valor, de su capacidad de distinguir lo sustancial de lo accidental.
Me permito recordar que la meta de las personas que se encaminan hacia la zona es una habitación donde se cumplirán sus más secretas aspiraciones. Mientras atraviesan el territorio de la zona, rumbo a esa habitación, Stalker narra al escritor y al sabio la historia real o legendaria, de Dikoobras, que llegó a aquel lugar ansiado pidiendo que su hermano, de cuya muerte él era culpable, volviera a recobrar la vida. Pero cuando Dikoobras volvió de la “habitación” a su casa, se encontró repentinamente enriquecido. La zona le había regalado su verdadero deseo íntimo, y no aquello que había pretendido desear. Por eso, Dikoobras se ahorcó.
Y cuando nuestros protagonistas llegan al fin a su meta, tras haber vivido muchas experiencias, tras haber reflexionado mucho sobre sí mismos, no se deciden ya a traspasar el umbral de aquella habitación, hacia la que se habían puesto en camino arriesgando la vida. De repente han sido conscientes de que su estado moral interior, en el fondo, es trágicamente imperfecto. No han encontrado dentro de sí fuerzas morales suficientes como para creer en sí mismos. Su fuerza tan sólo ha bastado para dirigir una mirada hacia dentro de su propio ser. Y solo eso ya les ha asustado profundamente.
Andrei Tarkovski en ESCULPIR EL TIEMPO, Capítulo Sobre la responsabilidad del Artista (Berlin 1988)
2. ESCUCHA DEL AFLUENTE EN LA HABITACIÓN, JUAN JOSÉ CALARCO Y PABLO RECHE
29.9.2016, Alpha Centauri, Buenos Aires
Accedemos a la habitación Alpha Centauri y nos ponemos a la escucha del agua de la ficcionada afluente del Río de la Plata que emerge misteriosamente ahí como objeto de la Zona.
La escucha del agua y los rumores que se manifiestan son guiados en una sesión por Juan José Calarco y Pablo Reche.
Calarco-Reche colocan un puñado de piezo-eléctricos en puntos estratégicos -como una sesión de acupuntura de lupas acústicas en la máquina de agua- y luego modulan los diversos canales sonoros esculpiendo la sonoridad del afluente por unos minutos.
Como subrayamos repetidamente aquí el agua no significa y no simboliza nada, el agua simplemente transcurre y hacemos una pausa entorno a ella. La escucha del agua es un trance atávico, espacio de psicofonías y meditación.
3. HIKIKOMORI BUNKER TV, VIDEOINSTALACIÓN DE HEAD HONCHO Y PAULA MONTENEGRO
24.9 al 8.10.2016 Alpha Centauri, Buenos Aires
La intervención de Head Honcho y Paula Montenegro es un ensamble de un conjunto de televisores a tubo de los años ’90s. Los televisores son unidos por una mixer de video DYI de Honcho-Montenegro y se extiende a dos cámaras de video (una de VHS y una de seguridad. Ambas de los ’80s) que monitorean la caída de agua del afluente en la habitación. Además de esta estación de televisión que recoge y exhibe lo que sucede in situ como una infraestructura endogámica, aparecen emergentes: dibujos , fotografías, velas, una calaca. etc. se despliegan de algun modo como atesoramientos de otra vida. Unos tatamis frente al retablo indica que el lugar para sentarse o acostarse es en dirección a los TVs.
La habitación del Picnic en ese momento fue seteada por Honcho-Montenegro y el contenido -la caída del agua- fue puesta en una nueva escena medial, como una operación de encuadre y elección de tomas para que dicha afluente fingida fuera ‘traducida’ a los ‘espectadores’ aún en el mismo espacio.
NOTAS DE C. ESPINOZA 2.’24
La puesta podía ser de cierto modo la habitación hermética de un hikikimori. Durante las primeras dos décadas del siglo un hikikimori era un marginal que se recluía en su habitación entendiendo el mundo exterior metropolitano como un caos hostil. La agenda copaba el relato del fin de mundo, en la imaginación política la mayoría de los comentaristas imaginaban el fin del mundo de uno u otro modo. Fin del mundo en último termino como alivio a la aceleración del capitalismo percibido como un neo-totalitarismo asfixiante. El fin del mundo fue la fantasía de los años diez del siglo XXI, más que un pronóstico un deseo prohibido que no se realizó, la espera dio paso al aburrimiento y luego la irrelevancia del tema, la pandemia llenó el mundo de nuevos hikikimoris y no cambió el curso de las cosas, más bien las aceleró aún más.
La galería Alpha Centari -durante ese tiempo-se transformó en un bunker hikikimori en que los visitantes salían del bulling del mundo para reunirse a ver las transmisiones del afluente, un refugio del exterior radioactivo.
Nos pareció en otro registro que la ‘afluente televisada’ era una manifestación figurativa de la máquina deseante del hikikimori, una configuración de una infraestructura alternativa a la máquina descrita por Lacán en el Seminario 9 cap.13. El nuevo deseo se configura y emerge cuando es mediado por los dispositivos audiovisuales.
Han pasado 8 años cuando escribimos estas notas y en la actualidad la generación Z -nativo digital- ha transformado sus habitaciones en estudios de streaming.
Las habitaciones ahora son set-up que se ‘configuran’ (setéan) y se vuelven puestas en escena de ‘creación de contenidos semióticos’.
Algo que no podíamos sospechar en ese entonces era que los bunker hikikimori serían absorbidos como superficie productiva por la metápolis global semiocapitalista pospandémica, y lo que en la intervención de Honcho-Montenegro era un campo de refugiados bajo sitio, ahora sería la infraestructura del gamer, el youtuber y el tiktoker (los influencers), el cognitariado de los años 20s.
En el corazón de millones de habitaciones, los nativo digitales, mediatizan su máquina deseante y no salen más de su módulo. La psicósfera se estructura como una red de granjas de influencers que entregan en forma permanente a la red sus pulsiones para el tráfico de contenidos a la manera de la circulación de las drogas: el adicto es a la vez micro-traficante.
El hikikimori que escapó del mundo físico para habitar la red, fue atrapado por esta y fue reconvertido en un teletrabajador influencer.
Hikikimori Bunker TV fue montada como un espacio político alternativo y under, pero a la larga era la premonición de una nueva forma de habitar en completa soledad conectada.
La habitación del hikikimori de los años 10s es la molécula de la granja metapolitana de influencers de los 20s.
En la máquina deseante del nativo digital, la pulsión se completa cuando lo que emerge como exigencia de vida es estructurado audiovisualmente,
la pulsión se auto-setea para ser viralizada ya que el campo de la demanda siempre será la red.
4. CINEMATIK STALKER, BRIAN MACKERN (FT. PABLO RECHE)
29.09.2016, Espacio cultural Mi Casa
Concierto Audiovisual en tres actos:
1. Tren: Desconstrucción del momento de la entrada a la Zona. Mackern fragmenta y recombina los rostros en trance reconstituyendo una sola entidad. La música es una combinación de las grabaciones de Edward Artemis y sonidos de Pablo Reche.
2. El Sueño: Sobre el travelling de la escena del sueño Mackern y Reche ensamblan una nuevo sonido.
3. Telequinesis: Mackern y Reche ensamblan sonido al movimiento telequinésico del vaso.
NOTAS GENERALES
(Carta para los artistas)
1
Picnic Junto al Camino es una exposición variable que inicialmente está compuesta de una fuente de agua, cuatro video-registros, un ejercicio escritural y una foto.
En lo sucesivo dicha exposición irá sumando exploraciones de arte sonoro, una videoinstalación, una conferencia pública realizada bajo hipnosis y el concierto de cine expandido Cinematik Stalker de Brian Mackern junto al gran Pablo Reche.
Esta sucesión de experiencias convocadas han sido planteadas a los diversos involucrados desde el concepto de taller abierto por lo que el lugar de exposición será durante las siguientes semanas una especie de laboratorio. Pero ¿Laboratorio entorno a qué?
2
El pretexto que inaugura la muestra es realizar diversos ejercicios alrededor de la escena ‘el sueño’ de la película Stalker de A.Tarkovski y que ha sido motivo de meditación para nosotros.
Durante esta escena de la película, el territorio que habita el Stalker -llamado LA ZONA- aparentemente envía un mensaje con la forma de una visión y un susurro, lo que ve es lo siguiente:
Una superficie con una película de agua transparente es la composición de residuos simbólicos y materiales abandonados ahí por una civilización cuyo proyecto ha fracasado.
Este escenario de objetos degradados, inconexos y residuales son unidos unos a otros por el espejo de agua, que en dicha escena se manifiesta cristalina dejando ver los objetos hundidos en ella, entre ella y flotando sobre ella.
3
Durante mucho tiempo pensamos y dibujamos la posibilidad de reconstruir el espejo de agua que aparece en la escena, pero hemos esquivado dicha tarea frente a una oportunidad contingente: en los últimos meses hemos tenido encuentros con personas de distintos lugares que nos han mostrado y hecho participes de sus entradas a la ZONA. Nos hemos encontrado verídicamente con Stalkers y puesto en el umbral de sus puntos de entrada a ese otro mundo aquí. Dichas entradas las hemos podido registrar y ellas aparecen ante nosotros como trance, distintos tipos de trance donde desde diversos mecanismos se puede hacer una lectura borrosa de lo que sucede con su salida de este lugar árido y seco que vivimos como exterior, y su habitar en el otro lado que se abre como un paisaje distinto. Estas experiencias forman un catálogo inicial que arroja pistas y que llaman a múltiples divagaciones al límite del ensueño.
4
Mientras tomamos nota realizamos un afluente fingido de un Río de la Plata cristalino que aparecería como un brazo de nuestra ZONA en el interior de la habitación Alpha Centauri. Dicha afluente es una composición de fragmentos. Fragmentos de ideas de otros, de materiales cedidos por otros, y también la descomposición y la pérdida de perspectiva de nuestras propias conceptualizaciones en la medida que nos adentramos a este otro lugar.
Aquí naturalmente el agua no significa nada, solo es aquello con lo que interactuamos, y que se resiste a entrar al territorio de los significados. Posiblemente un afluente del Río astral de la Plata en una habitación sea nuestra manera escénica de construir un punto de entrada a la Zona para los invitados al taller exposición, escena que será completada por los otros como tarea, como cadáver exquisito.
5
El formato interno, espiritual por decirlo de algún modo, de las diversas activaciones es el de un Picnic al borde del camino. El nombre de la muestra es en realidad el nombre del libro de Sci-Fi soviético que sirvió de excusa para que Tarkovski hiciera Stalker, para nosotros también es una excusa para reunirnos y deambular con amigos en la Zona.
Han sido videados en sus trances: Daniel Vera, María Heller, Valeria Lobos y Luis Corvalán. Hemos dialogado de estos asuntos con Edgard Narvaez, Guido Corallo, Charli Gaminao y Merlina Rañi. Realizarán intervenciones durante la exposición los artistas: Brian Mackern, Jorge Crowe, Cristian Martínez, Guillermo Madoz, Paula Montenegro, Juan José Calarco y Pablo Reche.
La producción general y curaduría del espacio Alpha Centauri es de Merlina Rañi.
La asistencia de producción y gran parte de los registros son de Sofía ‘Soso’ López.