MEDIAGUA
MEMORIA
ACLARACIÓN: Mediagua, es el nombre en Chile a viviendas de emergencia. Desde la dictadura aparece este tipo de vivienda social prefabricada que delega el estado a la empresa católica canadiense TECHO como solución provisoria y que se vuelve permanente. Estas remplazan las antiguos planes de vivienda popular construidas entre el estado y las cajas de ahorro y crédito y cooperativas de ahorro obrero, organismos cerrados por Pinochet.
8.2013
La obra Mediagua de Teatro la Peste se estrena durante el mes de Agosto del 2013 en el Parque Cultural de Valparaíso y 2014 gana el premio a la dirección y al diseño integral del festival de directores de la Universidad de Chile y el Centro Cultural de España.
El proceso de creación escenográfica parte de una serie de laboratorios, experimentos escénicos y arquitectónicos que van modelando no solo la forma que tomará la máquina final y su pregnancia en la dramaturgia de la obra teatral, sino también por los datos y fugas que fue arrojando esta investigación y que consideramos apropiado consignar.
Desde la arquitectura formadora en la doctrina de la «máquina de habitar» modernista trabajar en el contexto de las artes escénicas, nos permitimos cuestionar esa misma máquina. Surge la posibilidad de observar la arquitectura de la vivienda en su ineludible realidad política como un escenario de significantes y como un dispositivo disciplinar..
La noción situacionista de no-lugar, la anarquitectura de los conceptualistas y la heterotopología foucaltiana se vuelven herramientas para poner bajo la lupa la cuestión de la vivienda.
Por otro lado, la discusión trans-disciplinar con un documentalista y una directora teatral permite pensar el hecho arquitectónico en dos dimensiones fundamentales: Por un lado la temporalidad cotidiana como una sucesión de repertorios en iteración, es decir, el habitar como programación que rechaza la utopía del habitar poético de la que surge la candidez del ejercicio típico de la arquitectura.
Encontramos en la disimulada cotidianidad que da narratividad a los espacios arquitectónicos la oculta dimensión de control molecular de la periferia.
Hay un hecho que detona toda la investigación: la quema de la mediagua por una pobladora lo que la deja a la intemperie. Esta catástrofe que rompe con la circunscripción de la norma de habitar, que aparece como un una herejía ominosa a nosotros nos parece una fuga que debíamos seguir.
NOTAS DE CONCEPTO
Teatro la Peste forma durante el 2011 tres equipos: Primero un equipo de teatristas que explorarían e indagarían desde su quehacer en la construcción de una narrativa de los cuerpos en condiciones de mediagua; segundo, un equipo de investigación que arrojaría un escenario de datos como soporte teórico encabezado por una socióloga; y tercero, un equipo de elaboración del espacio escénico.
La partida del proyecto surge de una experiencia del director de la compañía Danilo Llanos. Nos cuenta que nunca había salido de la casa de sus padres y se vio por primera vez con la necesidad de buscar una casa para vivir con Katty y Nick. Esa necesidad se volvió una pregunta existencial al encontrarse de frente con la fragilidad del deambular buscando su propio hogar. Esta pregunta inicial la cruza con el caso del terremoto del 2011, en que miles de familia quedaron en la calle y viven en campamentos de mediaguas a la espera de una solución razonable, solución que todos sabemos tardará mucho tiempo.
Hay un tercer disparador: «en las noticias de la tele sale que una mujer quema su mediagua». A partir de ahí comienza la pesquiza que en la dramaturgia se concreta con la construcción del personaje de la madre, una mujer llevada a sostener una familia que se quiebra en pedazos por la condición de miseria y hacinamiento y que finalmente decide hacer un quiebre total con la norma. En lo escenográfico, ya sabemos que la máquina mediagua contiene en su centro un televisor eternamente encendido sometiendo los deseos, el fuego del control de flujos delsemiocapitalismo.
La vivienda moderna es la cuestión material molecular de una política social autoritaria (familia, crédito, propiedad, etc), cuya expresión máxima en economía social es la mediagua.
Como dispositivo biopolítico la mediagua modula los cuerpos físico y psíquicos de sus habitantes hacinados. La mediagua se encuentra en matrimonio indisoluble con el televisor. Ambos completan la máquina mediagua y por extensión, la máquina vivienda en general: el primero como contenedor constriñe los cuerpos, el segundo llena la infosfera y la psicósfera de instrucciones que se acoplan a las máquinas deseantes programando la vida.
Ahí, frente a esa hegemonía es donde nos vemos con la tarea de buscar bifurcaciones y fugas encontrándonos con la madre quemando la máquina y abandonada a la intemperie como acción política. Intemperie en tanto que cruce de umbral de una manera de vivir, ¿qué viene después de la intemperie? eso no lo sabemos, pero sabemos que hay una frontera en la condición política y de lenguaje y esa frontera es la que deseamos aproximar con nuestra investigación y que luego se difunde en la obra teatral
Primavera 2013
Invierno 2013
TALLER DE CONSTRUCCIÓN
DISEÑO: CRISTIAN ESPINOZA Y LUIS FELIPE GONZÁLEZ | CONSTRUCCIÓN ESTRUCTURA C ESPINOZA Y MIGUEL ALVAYAY, ENVOLTURA LF GONZÁLEZ Y M ALVAYAY
Primavera 2011
ANTEPROYECTO
Invierno 2011
NOTAS DE INVESTIGACIÓN
LABORATORIO: CRISTIAN ESPINOZA, DENISSE DUARTE, FELIPE MONTALVA
TV Y FUEGO CENTRAL
El hogar originario es un centro de fuego (hoguera-hogare) y un derredor. El centro lo ocupa la figura totémica del televisor, y el derredor es un cerramiento translúcido.
Translúcido porque al igual que la propiedad privada brinda la ilusión de cofre hermético y privativo, pero es una esfera de datos normativos e implantes de deseos retransmitidos el máximo interior por la hoguera tecnológica, haciendo todo el conjunto una enorme caja de resonancia audiovisual de signos mediáticos. Esto significa que tanto la ilusión de hermetismo y ‘privacidad’ como la infosfera y psicosfera irradiada por el televisor permanentemente encendido invierten la intimidad y lo llevan a un máximo nivel de exposición, de exposición a los aparatos disciplinares y de verdad centralizados construyendo una partitura de habitar que gobierna a los habitantes del ‘hogar’.
El televisor vuelve al interior un máximo exterior, en el sentido de exposición a la infosfera.
Sabemos que la antigua intimidad dada por ejemplo en chile por la choza con el fuego central era en efecto una máquina de intimidad en que el fuego (hogar) cumplía el rol de unidad: un fuego práctico de alimentación y calor, y también el fuego de la reunión y el trance natural, de la contemplación natural del animal- humano. El fuego queda suprimido por políticas de higienismo y desarrollismo de la ciudad industrial del siglo XVIII.
El fuego central es reemplazado por el televisor, el hogar es formateado por un fuego sintético de radio y tubos catódicos receptor de sentencias de los aparatos ideológicos de la modernidad.
Hoy la evolución de máquinas y dispositivos se ha desplazado a aparatos móviles -desde la casa al cuerpo- y luego será reemplazado por implantes y prótesis cada vez menos intermediadas con la psiquis individual en la zona del trance natural desviando el decurso de la contemplación y ensimismamiento natural de la inteligencia animal-humana hacia la producción de alteraciones a nivel de los deseos: ansiedad, depresión, hipertrofia sensorial, indolencia, etc. todos productores de estrés al mismo nivel que las plantas de cautiverio que son hiper estimuladas para producir excedentes extraordinarios.
En el centro del hogar(de los afectos) un nuevo fuego, radiante y eléctrico cuyo fin es interferir en la máquina deseante y producir plus-producción.
Hoy el control se ejerce desde el centro del aparato psíquico a través de la tecnociencia que ya no necesita discurso disciplinar alguno, guioniza las acciones a través del simulacro, reuniendo a las ‘masas’, pero reuniéndose separadamente.
La casa sigue siendo el mismo aparato rústico y primitivo, la tecnociencia se aplica sólo en los aparatos de control y postproducción: aparatos de mediatización y comunicación, aparatos de transporte de trabajadores, aparatos de guerra y policiales, aparatos de explotación y vigilancia, aparatos de narcotización y economización de materiales, aparatos de simulación y programación de los deseos. Es raro ver en una casa de madera o piedra construída con tecnología de hace dos mil años, un dispositivo de la era espacial hecho de circuitos, electromagnetismo, metales raros y plástico.
DISECCIONES
La mediagua es por sobre todo una máquina psíquica. En la vigilia, el cuerpo en la mediagua es encierro e inmovilidad, hacinamiento y atrofia. En el sueño compensatorio habita la ansiedad de la extensión física: el sueño de la emancipación del cuerpo.
HETEROTOPOLOGÍA
Nuestra investigación escenográfica se enmarca en lo que ha dicho Foucault: ‘serían esos espacios diferentes, esos otros lugares, esas impugnaciones míticas y reales del espacio en el que vivimos’.
Entonces lo que debemos poner en escena adopta la primera forma de una impugnación, que tiene como último sentido plantear cuál es la relación que establecemos con el otro.
Sabemos que una mujer decidió quemar su mediagua.
Miramos algunas imágenes disponibles de práctica de anarquitectura de Gordon Matta-Clarke en los 70´s, la disección de construcciones abandonadas por las ciudades.
En éste se abren las despreciables grietas de las murallas para ‘ver’ la materia del muro, habitar viendo, la disección que muestra la máquina de habitar como el cadáver inerte de un animal.
Y si diseccionamos la mediagua, ¿Que hallaremos?: la vieja máquina tal como fue concebida, como el remedo ad-hoc de una utopía, un invento periférico para simular habitabilidad en individuos cuya economía representa una desviación en relación a la media o la norma exigida y no lograda. Desviación por otro lado creada también en forma artificial para aumentar la mano de obra disponible a bajo costo.
AUTOPSIA
El cuadro de Rembrand Lección de Anatomía es la imagen de una lección pública hecha por el doctor Tulp sobre el cadáver de un fusilado. Mientras Tulp habla a la audiencia, toma con sus pinzas y levanta un fragmento de la carne y lo expone en forma severa y tranquila, a la vez con su otra mano va acompañando el discurso de la palabra articulando movimientos meramente gestuales. Aquí no hay empatía alguna con el cuerpo del hombre anónimo pobre, podría ser el mismo protagonista de los fusilados de Goya, si la imaginería europea fuera leída como un solo cómic.
Nuestro laboratorio toma el animal mediagua, animal moribundo, la máquina de habitar de Le Corbusier en su expresión máxima (por su economía extrema hasta la obscenidad), y la disecciona
Nuestra tarea estética es construir escenográficamente una lección de anatomía. Poner al tanto, a otros en el pabellón de la anatomía secreta de esta máquina del tipo psicósfera 3×6, y por tanto realizamos una maqueta de lo que podría suceder si una mediagua es diseccionada con un bisturí.
Así mismo, los testigos, como los aprendices de la autopsia podrán acercarse a la máquina con las vísceras expuestas, podrán tocarla y sentir la sensación de excitación perversa del voyeurismo clasemediero frente al cadáver secuestrado por Tulp.
DISECCIÓN FORENSE DE UNA MEDIAGUA
Transformar el espacio escénico de espectáculo a sesión de anatomía explicita también las reglas del discurso. Lo que se presenta es, primero que todo, una demostración de la máquina plenamente operacional, a eso le sucede la disección, y la evidencia forense de su verdadera función opresiva.
Para ayudarnos a comprender su función sin vivir en una mediagua hemos apelado a nuestros deseos, y encontramos un deseo emancipatorio, el deseo de la expansión del cuerpo. La mediagua máquina mezquina calculada y dispositivo de control biopolítico es, por sus dimensiones, hacinamiento constrictor y deformador del cuerpo. Máquina atrofiante que produce insatisfacción permanente, máquina de estres, máquina abigarrada de tortura.
En nuestra maqueta experimental encontramos por accidente que la disección y apertura trae consigo también expansión. Dicha expansión la imaginamos como la decantación del subconsciente en los sueños, el alivio de la expansión del cuerpo. La misma acción de disección no sólo desentraña el sistema oculto, sino también, en su expansión desentraña aquello que es sometido: el cuerpo humano hacinado y narcotizado por la psicosfera total. En ese sentido la mediagua es una situación límite, un borde, pero en lo esencial no es distinta al resto del corpus social: en vez de la mediagua bien podríamos hablar del pupitre escolar, el puesto de trabajo en un coworking sin protección social alguna o bien de las prisiones.